lunes, 9 de abril de 2012

Galletas tramposas





¿Jamás en la vida encontraríamos en tu armario de la cocina un sobre de levadura?
¿No tienes ni la más remota idea de para qué sirve un tamizador?
¿Usas el horno como zapatero tal y como hacía Carrie Bradshaw en la serie Sexo en Nueva York?
Si alguna de tus respuestas a estas preguntas ha sido afirmativa (aunque espero que no sea la tercera...) está claro que perteneces al club de "yo sólo uso el horno para hacer pesacado y pollo al horno". Un club de personas a las que les da una gran pereza descubrir las infinitas posibilidades que les puede brindar el uso de este calentito electrodoméstico. Un club en el cual sus miembros, prefieren ir a gastarse el dinero a las pastelerías cuando tienen ganas de dulce.
Pues si perteneces a este club os animo a tod@s a que le saquéis partido al horno de vuestra cocina. Y mi propuesta para que os entrenéis con el uso de vuestro horno es lo que yo denomino "respostería tramposa". Sí, habéis oído bien "r-e-p-o-s-t-e-r-í-a    t-r-a-m-p-o-s-a". Esta repostería básicamente se consigue a través de unos sencillos pasos:

1. Vas al supermercado.
2. Seleccionas y compras el producto de "repostería tramposa" que más te guste. Son muchas las marcas que cada vez sacan al mercado este tipo de productos.
3. Abres el producto en tu casa y añades los ingredientes que te indica el fabricante (algunos simplemente es abrir y poner en un molde! )
4. Y 3, 2, 1... Empezamos a hornear!

 ¡Y ya está! Así de sencillo. El resultado "resposteril" dependerá de la calidad de la marca. Aunque personalmente, soy de la opinión de que estos productos "semipreparados", jamás tendrán ni punto de comparación con la repostería cien por cien casera (productos naturales + elaboración realizada con mucho amor = repostería deliciosísima!).
En definitiva, aunque el resultado de estos productos no sea del todo el deseado, almenos os podréis ir familiarizando con vuestro horno. Y quien sabe, quizá con el paso del tiempo surge una bonita amistad con vuestro horno, os pica el gusanillo, y  finalmente os adentráis en el maravilloso mundo de los dulces! mmmm!
Y entonces os preguntaréis: ¿y si eres tan defensora de lo natural, cómo es que te has pasado al lado oscuro y has sucumbido a la "repostería tramposa"? La culpa es de esta cajita taaannn mona:




Me encanta Hello Kitty. Y claro está que cuando vi esta caja y su contenido (dos cortadores de galletas: uno en forma de corazón y otro en forma de Hello Kitty) no pude resistirme a llevármela a casa. Además de los cortadores, la caja llevaba unos sobres para preparar "galletas tramposas", y de ahí que por una vez en la vida haya hecho trampas! (Sí, lo confieso, soy culpable!).




Son graciosas, ¿verdad? A las niñas les encantan. Pero os recomiendo que si queréis preparar galletas, os leáis  la receta que colgué en una de mis entradas. Os saldrán unas galletitas de mantequilla deliciosas.

¡Hasta la próxima!

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