domingo, 22 de abril de 2012

¡Feliz Diada de Sant Jordi!




¡Me encanta la Diada de Sant Jordi! Todos los catalanes sabemos lo bonito que es la celebración de este día para nosotros, porque forma parte de nuestra cultura y de nuestra tradición.
Inspirada por todo ello, he decidido preparar unas galletitas con la estética más indicada para este día tan especial: unas galletas en forma de rosa y otras tantas en forma del malvado dragón. 



La leyenda de Sant Jordi la sabemos y las conocemos todos los catalanes. Pero en el momento actual en el que nos encontramos,  momento en el que se hacen remakes de películas, biopics de la vida de los famosos y versiones de las canciones que triunfaron en su día, me pregunto: ¿Qué tal si actualizo la leyenda? ¿Qué pasaría si hago la versión de la historia adaptada al siglo XXI?¿Y si traslado la historia a Barcelona?

Pues que si todo esto sucede, el resultado es este:

Martina vivía muy feliz en su ático del barrio de Pedralbes, uno de los barrios más lujosos de su amada Barcelona. Su padre, uno de los grandes multimillonarios de la sociedad española, había conseguido hacerse un hueco en la lista Forbes, gracias a su imperio textil y a sus más de 5.000 tiendas repartidas por todo el mundo.
La vida para Martina era muy fácil: si quería comunicarse con sus amigas, tan sólo tenía que utilizar su Iphone y su aplicación Whatsapp. Si quería estar estupenda, sólo tenía que calzarse sus preciados louboutin y su figura resultaba aún más estilizada Y si quería tener un aspecto radiante, tan sólo tenía que darse unos retoques con su milagroso múltiple de Nars. Pero aunque Martina vivía una vida llena de lujo, todo aquel que la conocía la quería, porque se trataba de una joven con un gran corazón.
Fue en un día de primavera, cuando la gran bestia hizo su entrada triunfal en la ciudad condal. El enorme dragón de larga cola y colmillos extragrandes, dejó atrás las otras ciudades y los pueblos de los alrededores, para adentrarse en la ciudad de Barcelona. Tal y como hacía Godzilla en las películas japonesas, el dragón irrumpió en la ciudad causando un gran caos y una gran cantidad de estropicios en el mobiliario urbano.
El dragón, cansado de los campos y los paisajes de otros parajes, quedó impactado por el aire cosmopolita de la ciudad, el bullicio de gente y el clima mediterráneo de Barcelona. El dragón, ilusionado por el gran hallazgo que había supuesto para él descubrir la ciudad, decidió que desde aquel momento Barcelona sería su nuevo hogar.
Los barceloneses no sabían como apaciguar el hambre del dragón y las ansias de destrucción de aquel ser abominable. Fue por eso que decidieron darle de comer todo los alimentos que la ciudad podía ofrecer el dragón. Empezaron dándole de comer ovejas; cuando éstas se acabaron, siguieron con los bueyes, y luego con los caballos. Cuando las existencias de ganado hubieron acabado, decidieron ofrecerle raciones hipercalóricas de fast food esperando que esta comida saciara su hambre. Los Mcdonald's acabaron sus existencias de Big Macs, los KFC agotaron todo el pollo frito que tenían y los Burger Kings se quedaron sin ninguna doble whooper.
Llegó el día en que la comida basura se acabó, la cual cosa dio lugar a que el dragón se enfadara en gran mesura y que el colesterol de éste llegara a límites insospechados. Fue entonces cuando los barceloneses se vieron forzados a tomar una decisión: no tuvieron más remedio que sacrificar a los propios habitantes. Se hacía un sorteo diario, y cada día se publicaba a través de los medios de comunicación y de las múltiples redes sociales quien moriría al día siguiente. Y una tarde la escogida fue Martina.
El multimillonario, al enterarse del resultado del trágico sorteo, lloró y suplicó a los barceloneses por salvar la vida de su hija, pero de nada le sirvió, ya que no era el único padre desconsolado.  Así pues, Martina se dirigió hacia Plaza Cataluña, el lugar donde tenían lugar los sacrificios.
Cuando el terrible dragón avanzaba hacia ella, una enorme limusina blanca aparcó frente al dragón. Del lujoso vehículo bajó un atractivo caballero: se trataba del galán hollywoodense George Clooney! El actor justamente se encontraba en Barcelona rodando un largometraje sobre caballeros de la Edad Media. Clooney, harto de quedarse sin actrices coprotagonistas a causa de los sacrificios, decidió intervenir de una vez para solucionar el problema "dragónico" y poder acabar así con la filmación de la película. Gracias a los múltiples ensayos y a las agotadores jornadas de rodaje, George utilizó la lanza con gran maestría y finalmente mató a la bestia de un certero golpe de lanza. 
Un gran charco de sangre se formó a los pies de George. Acto seguido, creció un rosal y de sus ramas brotaron unas hermosas rosas rojas. George decidió obsequiar a Martina con una de esas rosas de intenso color rojo.
La ciudad de Barcelona volvió a la normalidad gracias al acto heroico de George. Martina siguió con su vida llena de lujos, pero siempre conservó aquella rosa y llevó a al actor en su corazón. George pudo acabar finalmente su película, la cual fue un gran éxito de taquilla y volvió a Hollywood.

Los amantes fieles a las tradiciones espero que no me lo tengáis en cuenta y no me matéis...jeje!
Simplemente he cambiado algunos conceptos:

- Montblanc por Barcelona
- Rey por multimillonario español. Había pensado en poner un rey que fuera a cazar elefantes jeje! Pero entonces este rey cazador querría matar el mismo al dragón y no habría leyenda!
- Caballero Jordi por George Clooney. El George más internacional!

Espero que mañana disfrutéis de una celebración maravillosa. ¡Que todas las mujeres reciban sus rosas en señal de amor de sus parejas y compréis montones de libros! ¡Me encanta la lectura y disfruto muchísimo con un buen libro entre mis manos!



Feliç dia de Sant Jordi a tots i totes!


lunes, 9 de abril de 2012

Galletas tramposas





¿Jamás en la vida encontraríamos en tu armario de la cocina un sobre de levadura?
¿No tienes ni la más remota idea de para qué sirve un tamizador?
¿Usas el horno como zapatero tal y como hacía Carrie Bradshaw en la serie Sexo en Nueva York?
Si alguna de tus respuestas a estas preguntas ha sido afirmativa (aunque espero que no sea la tercera...) está claro que perteneces al club de "yo sólo uso el horno para hacer pesacado y pollo al horno". Un club de personas a las que les da una gran pereza descubrir las infinitas posibilidades que les puede brindar el uso de este calentito electrodoméstico. Un club en el cual sus miembros, prefieren ir a gastarse el dinero a las pastelerías cuando tienen ganas de dulce.
Pues si perteneces a este club os animo a tod@s a que le saquéis partido al horno de vuestra cocina. Y mi propuesta para que os entrenéis con el uso de vuestro horno es lo que yo denomino "respostería tramposa". Sí, habéis oído bien "r-e-p-o-s-t-e-r-í-a    t-r-a-m-p-o-s-a". Esta repostería básicamente se consigue a través de unos sencillos pasos:

1. Vas al supermercado.
2. Seleccionas y compras el producto de "repostería tramposa" que más te guste. Son muchas las marcas que cada vez sacan al mercado este tipo de productos.
3. Abres el producto en tu casa y añades los ingredientes que te indica el fabricante (algunos simplemente es abrir y poner en un molde! )
4. Y 3, 2, 1... Empezamos a hornear!

 ¡Y ya está! Así de sencillo. El resultado "resposteril" dependerá de la calidad de la marca. Aunque personalmente, soy de la opinión de que estos productos "semipreparados", jamás tendrán ni punto de comparación con la repostería cien por cien casera (productos naturales + elaboración realizada con mucho amor = repostería deliciosísima!).
En definitiva, aunque el resultado de estos productos no sea del todo el deseado, almenos os podréis ir familiarizando con vuestro horno. Y quien sabe, quizá con el paso del tiempo surge una bonita amistad con vuestro horno, os pica el gusanillo, y  finalmente os adentráis en el maravilloso mundo de los dulces! mmmm!
Y entonces os preguntaréis: ¿y si eres tan defensora de lo natural, cómo es que te has pasado al lado oscuro y has sucumbido a la "repostería tramposa"? La culpa es de esta cajita taaannn mona:




Me encanta Hello Kitty. Y claro está que cuando vi esta caja y su contenido (dos cortadores de galletas: uno en forma de corazón y otro en forma de Hello Kitty) no pude resistirme a llevármela a casa. Además de los cortadores, la caja llevaba unos sobres para preparar "galletas tramposas", y de ahí que por una vez en la vida haya hecho trampas! (Sí, lo confieso, soy culpable!).




Son graciosas, ¿verdad? A las niñas les encantan. Pero os recomiendo que si queréis preparar galletas, os leáis  la receta que colgué en una de mis entradas. Os saldrán unas galletitas de mantequilla deliciosas.

¡Hasta la próxima!